Modelos directos: Usando las variables de entrada obtenemos los resultados que queremos con un solo cálculo. Normalmente no funcionan, ya que generalmente son procesos de decisión reiterativos.
- Fase de decisión: Análisis del usuario de si debe realizar el viaje o no.
- Fase de destino: Donde ir.
- Fase de modo: Como ir, qué tipo de transporte.
- Fase de itinerario: Por donde va a realizarlo.
Estas fases van relacionadas numéricamente con un modelo de definiciñón de la demanda:
- Modelos de atracción-generación de viajes: Para cada zona determinada, definimos unos valores (ai, gi) que definen el nivel de atracción y generación de cada zona. Definen si el lugar es un lugar de residencia o no. Tenemos muchos datos que pueden ayudar a definir este modelo. Se puede recurrir si no los tenemos a encuestas a domicilio.
- Modelos de distribución zonal: Una vez que tenemos para cada zona los viajes atraídos y generados, tenemos que definir el reparto de los destinos generados en ellas. Podemos recurrir a varios modelos: Modelos de gravedad (corresponde a la ley de Newton, relacionadas con tiempo y distancia), Modelo Wilson (de termodinámica, número de caminos alternativos para llegar a una zona dada, y se calcula una probabilidad), Modelo de oportunidad (asignan más o menos importancia a cada zona en función de la oferta de cada itinerario). El resultado nos da una matriz de viajes.
- Modelos de reparto modal: tiene más o menos peso dependiendo de los modelos. Dan diferentes pesos a las variables elegidas ( coche, peatón, TP)
- Modelos de asignación de itinerario: Basado en elegir una de las variables, la que más afecte, y buscar su mínimo nivel. Hay que tener en cuenta que la capacidad del modo elegido no es infinita, así que es interesante tener en cuenta los modelos de Restricción de Capacidad.