Tras atravesar unos años en que el hormigón y el cristal protagonizaban las edificaciones, la madera se alza como material de construcción de moda en el siglo XXI, donde la preocupación medioambiental, la lucha por reducir la contaminación y la eficiencia energética son claves.
Y una prueba de ello es que incluso los rascacielos ubicados en pleno corazón urbano apuestan ya también por la madera. El proyecto Oakwood Tower es último símbolo de esta tendencia, que enarbola Michael Ramage, director del Centro de Innovación con Materiales Naturales de la Universidad de Cambridge, en colaboración con el estudio PLP/Architecture y la consultora de ingeniería Smith y Wallwork para el diseño y conceptualización de grandes edificios de madera.
Con 65.000 m3 de madera, 300 metros de altura y 88 pisos será la construcción más alta en este material si llega erigirse y nace con la clara vocación de divulgar desde su privilegiada ubicación las bondades de las estructuras de madera.
Y es que su objetivo inicial no es tanto erigirse en el centro de Londres como demostrar el potencial de la madera en construcción contemporánea.
El equipo pretende, a partir de la simulación y la construcción a escala de algunas piezas como las conexiones entre elementos, recopilar datos y mediciones para acelerar las investigaciones sobre grandes estructuras de madera. "Es más fácil pasar de un edificio de 80 plantas a uno de 30, que de uno de 10 a uno de 30", asegura Ramage, que puntualiza que si se levanta “aguantará”.
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Las ventajas que ofrece la madera como material de construcción son numerosas, pues en primer lugar, es un material ligero que facilita su transporte, y más barato, tanto en su producción como en el resultado de la edificación, pues reduce tiempos de construcción y maquinaria; es más eficiente energéticamente que otros materiales como el hormigón y se puede decir que es “técnicamente renovable” si se hace uso de un cultivo responsable.
Pero la torre Oakwood no puede olvidar sus principales retos, que se centran en la protección contra incendios y la atención a los efectos del viento en las partes más altas.
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