Dubái, cabeza visible de Emiratos Árabes Unidos, es a la vez la ciudad de los excesos, donde cualquier sueño de la Ingeniería o la Arquitectura parece poder hacerse realidad.
Y prueba de ello son sus impresionantes islas artificiales, centros comerciales instalados en el corazón de un acuario, el Burj Khalifa –el edificio más alto del mundo-, el primer edificio de oficinas impreso en 3D o infraestructuras cubiertas para practicar paracaidismo, entre otras ideas que algún día parecieran excentricidades utópicas.
El siguiente paso para la ciudad será un icónico edificio diseñado por el arquitecto italo-israelí, David Fisher. El rascacielos giratorio se llamará Dynamic Tower y si bien en 2008 ya estaba sobre el papel, tras pasar los peores años de la crisis económica mundial, tiene al fin fecha de inauguración: 2020, a tiempo de asistir a la Exposición Universal que albergará el emirato ese año.
Y en este oasis de innovación se erigirá la edificación de 80 plantas, distribuidas a lo largo de 420 metros de altura, y cada una de ellas albergará una vivienda que, de manera independiente, podrá describir círculos de 360º cada 90 minutos.
Los valientes (y ricos) que se atrevan a establecer allí su residencia (pues el precio de cada vivienda se estima en 30 millones de dólares) podrán regular, programar y manipular a su antojo la velocidad de giro de su respectiva planta, pues los apartamentos serán modulares.
Pero Dynamic Tower no sólo será único por su capacidad giratoria, sino que además será verde, pues un buen número de turbinas eólicas y paneles solares servirán para generar 5 veces la energía que demanda.
Y si esto no fuera suficiente para atraer la atención mundial, la torre será principalmente prefabricada, pues el 90% del edificio (40 módulos por planta) se construirá en fábricas y se ensamblará in situ, en torno a un núcleo central, que sí se construirá en su ubicación final, con las conexiones, los ascensores y mecanismo del giro al que se conectan los apartamentos.
