Un ’drone’ o dron, si lo traducimos, es el nombre con el que se conoce a las aeronaves no tripuladas o controladas remotamente. Lo que fue primero terreno reservado al uso militar y después pasó a ser considerado por algunos como un mero juguete, es hoy una herramienta de gran potencial que cada día está más presente en todos los sectores económicos y productivos.
Así lo ha demostrado el Congreso sobre las Aplicaciones de los drones a la Ingeniería Civil, más conocido como Civildron, que en su cuarta edición se cuelga en título de referente del sector analizando las novedades normativas, la formación necesaria para trabajar en el sector, las últimas tendencias en ingeniería de diseño, materiales, sistemas de propulsión o tecnologías de captación de datos y software de uso.
Pero el foco se ha puesto un año más en sus múltiples utilidades. Pueden parecer obvias sus ventajas en aplicaciones a la hora de participar en tareas logísticas y de reparto, la extinción de incendios o en colaboración en otro tipo de emergencias o vigilancia. Sin embargo, la diversidad y originalidad de sus aplicaciones se multiplica hasta donde no habíamos podido imaginar: controlar cultivos de vid en la Ribeira Sacra o la ganadería extensiva en el Valle de Benasque.
Pero centrándonos en nuestro sector, ya hemos descubierto en este mismo espacio diversas fórmulas de uso de drones en la gestión del agua – desde inspección de las redes de agua potable y saneamiento a la recopilación de información de infraestructuras hidráulicas- pero también han crecido hasta ser innumerables los ámbitos a los que se está incorporando esta herramienta.
Uno de ellos es la llegada de los RPAs a la vigilancia de carreteras en busca de una mejora de la seguridad vial, bien sea con aeronaves dotadas con radares de velocidad para identificar infractores, localización de accidentes y personas perdidas o visualización y análisis del estado del tráfico.
La inspección y mantenimiento de líneas de alta tensión es otra interesante aplicación que Red Eléctrica de España lleva a cabo desde el pasado año ganando en eficiencia y seguridad en la tarea, hasta el punto que ha adquirido y adaptado a la tarea tres aeronaves, habilitado personal propio como piloto y obtenido la autorización de AESA como operador oficial de estos vehículos.
Y hay muchas más: inspección de obras e de infraestructuras de diversa naturaleza, comprobación e inspección de presas, información sobre explotación de canteras, etc., comienzan a ser inabarcables los papeles que esta herramienta puede adquirir en tareas de Ingeniería, según ha mostrado este Congreso, y los iremos viendo en el futuro.