Puesto que será una infraestructura determinante para el sistema de riego del Alto Aragón, y con ello, clave para impulsar la agricultura de Huesca, desde la Administración del Estado no se ha dudado a la hora de invertir más de cien millones de euros en la construcción del nuevo Embalse de Almudévar.
Los trabajos topográficos han dado el pistoletazo de salida a las obras que erigirán esta presa, con capacidad para almacenar 169,71 hectómetros cúbicos de agua, que servirá para almacenar en los periodos de mayor aportación los caudales procedentes del río Gállego que superen la capacidad del embalse de La Sotonera y los excedentes de la regulación del río Cinca, para ponerlos en el sistema en los momentos de escasez.
La obra – que forma parte del proyecto Biscarrués-Almudévar- incluye dos presas de materiales sueltos que cerrarán, en sus costados occidental y oriental, una amplia vaguada natural cercana al municipio de Almudévar, en la comarca de la Hoya de Huesca, la construcción de una estación de bombeo, una subestación eléctrica y la reposición de los caminos afectados.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ha dado un plazo de ejecución de cuatro años para las tareas de construcción, que avanzarán desde los accesos y viales, labores de desbroce y de análisis de las tierras sobre las que se asentará el vaso, pasando por el montaje de un laboratorio "in situ", y que constituyen la mayor obra hidráulica en marcha en nuestro país.
Y a pesar de que ha supuesto cierta controversia, finalmente ha respondido a las demandas de FIDEX (Foro para la Ingeniería de Excelencia), que agrupa a las once principales ingenierías españolas, que viene desde hace tiempo instando a las autoridades públicas a promover la construcción de obras hidráulicas, tan necesarias para satisfacer las diferentes demandas de agua y mejorar la gestión de la escasez de las cuencas en tiempos que cada vez están más afectados por la sequía.