Hace escasos días la presidenta de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa), Isabel Ambrosio, entregaba en un acto formal 300 jarras dispensadoras de agua al presidente de la patronal de la hostelería en la ciudad, Hostetur, Francisco de la Torre.
“¿Y qué tiene de particular este gesto?” Os estaréis preguntando. Estas 300 unidades de jarras, con un exclusivo diseño inspirado en las celosías de la Mezquita, tienen un fin claro y, además, solidario.
Córdoba quiere fomentar el consumo de agua del grifo en la ciudad y que los bares y restaurantes lo ofrezcan gratuitamente a sus clientes es una de las estrategias que se ha puesto en marcha para lograrlo.
El Proyecto Progrifo es el que respalda esta iniciativa, que se quiere difundir en todo el ámbito nacional, para mejorar la imagen y aumentar el protagonismo del agua del grifo entre la población que a menudo desconoce su elevada calidad y su gran componente sostenible.
En nuestro país, las empresas públicas de agua están obligadas por ley a mantener unos altos estándares de calidad, controlada de manera exhaustiva en todo su sistema de captación y distribución.
Y a ello, hay que sumar que esta agua, al no contar con envases ni distribución, minimiza su huella ecológica, pues ni genera residuos sólidos urbanos ni consume combustibles fósiles en su proceso de comercialización.
Además, evita así la posible contaminación cruzada al no requerir envases que hagan posible su transporte; solo las conducciones de agua y la gravedad bastan para su traslado.
Este proyecto cuida, asimismo, un adecuado acceso al agua en el entorno urbano, controlando el estado de las fuentes de agua potable de la ciudad y favoreciendo así una movilidad sostenible de sus ciudadanos.
Y un aspecto más de este proyecto: las jarras creadas expresamente para esta iniciativa se venden con fines benéficos ya que las empresas públicas de gestión de agua destinan los beneficios generados de su venta a mejorar el acceso al agua potable en países con dificultades de abastecimiento y saneamiento.
Con todo ello, ProGrifo trabaja para hacernos ver el agua del grifo como un recurso público, saludable, respetuoso con el medio ambiente y solidario con las necesidades básicas de la población.