The Boring Company, la empresa que fundó Elon Musk hace un año como una compañía tuneladora para mover el tráfico de las ciudades bajo tierra, reorienta sus planes.
Si en su origen se planteaba revolucionar la movilidad urbana con túneles subterráneos para el tráfico de vehículos, Musk se ha hecho consciente de las dificultades que esta fórmula entraña y ha reconducido la estrategia de la compañía.
De este modo, se reescribe la fórmula de este laberinto de túneles que estará destinado prioritariamente al transporte de peatones y ciclistas por el subsuelo a alta velocidad.
A 200 kilómetros por hora, Urban Loop está pensado para transportar a pequeños grupos de viajeros (8-16) a través de vehículos autónomos denominados “patín eléctrico”. Es una plataforma con ruedas propulsada por múltiples motores eléctricos (cero emisiones) de tamaño reducido que permite túneles más pequeños, más rápidos de construir y con menos costes.
Otra gran diferencia con los sistemas actuales de transporte público, es que en lugar de constar de pocas estaciones de grandes dimensiones, serán miles de pequeñas estaciones que tendrán el tamaño de una plaza de aparcamiento y estarán repartidas por las ciudades. En definitiva, un sistema similar a Hyperloop adaptado a grandes urbes.
El sistema de túneles, que también admitirá vehículos privados, según Musk, supone innumerables ventajas para la convivencia urbana, pues acabaría con los atascos y congestiones del tráfico y sus negativas emisiones contaminantes, acortaría notablemente los tiempos de viaje y costes del transporte público.
La nueva propuesta de The Borin Company parece más asequible para los gobiernos locales, que de hecho, ya tiene un túnel de pruebas en Hawthorne y grandes proyectos para Los Ángeles, Chicago y la Costa Este estadounidense.
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