Los ingenieros estructurales podemos fallar, pero tenemos que tener mecanismos de detección de esos fallos, y uno de esos mecanismos son los números gordos. Tienes que saber qué va a dar tu cálculo antes de calcular. Y si no lo sabes, no calcules
La necesidad de garantizar la seguridad, que es primordial, hace que el trabajo de un ingeniero estructural sea tremendamente responsable, y deben existir mecanismos de control, tanto a nivel personal (internos del ingeniero) como a nivel de empresa, que permitan descubrirlos y subsanarlos.
Por un lado, a nivel interno, el fallo más importante que detectamos en las oficinas de proyecto se da en los ingenieros estructurales que no tienen visión crítica sobre sus resultados y que dicen la famosa frase “es que el modelo me lo da”.
Por otro, a nivel de empresa, es necesaria la intervención de un segundo ingeniero, alejado del proyecto, que pueda dar otra visión desde el punto de vista del sentido común.
Finalmente, otro gran fallo es que el ingeniero piense que su parte es la más importante del proyecto. Todo el proyecto es importante, pero sobre todo es fundamental la fase de entrega, ya que el éxito de cualquier empresa está en que el cliente quede satisfecho y quiera repetir. Y para eso, es clave entender las fases del proyecto y procesos implicados.
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