Si nos ponemos a buscar y analizar fallos en la planificación del transporte, veremos que muchos de ellos están relacionados con la planificación urbanística. Una mala planificación urbana puede traer consigo una mala gestión en el transporte.
Y aunque los sistemas se pueden mejorar y optimizar, cambiar la planificación urbana no es para nada fácil (por no decir imposible). Son, por tanto, dos disciplinas que deben ser concebidas teniéndose en cuenta la una a la otra.
Cuando se opta por un urbanismo extensivo, por ejemplo una población residencial en una zona apartada o nuevas empresas en el extrarradio, es decir, lugares que no tienen cobertura o que están obligados a realizar un recorrido de larga duración, acaban por recurrir al coche. Y cuando hay una gran cantidad de personas que recurren al coche por esa situación, tienes un problema de congestión que antes no existía.
Es una lástima que aunque hoy en día que tenemos las herramientas, el conocimiento y la experiencia como para poder evitar estos problemas, seguimos cayendo en el error de hacer una planificación urbana que da la espalda a la planificación de transporte.
Aquí te dejamos con el fragmento de la entrevista:
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