En España tenemos grandes diseñadores de Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR). No obstante nuestros diseño se ven lastrados por una serie de particularidades de nuestro sector que conviene poner de manifiesto:
Aunque se trate como una obra pública, las EDAR no son obras públicas, son fábricas que tienen que funcionar con las siguientes singularidades:
- La materia prima no se puede rechazar.
- Deben de trabajar 24 horas al día durante los próximos veinticinco años.
- Deben de preverse el funcionamiento de la fábrica en diferentes escenarios.
Las limitaciones que el concepto de obra pública introduce en el diseño son aberrantes:
- Se prima el coste de construcción (25-35%) sobre el coste de operación (75-65%).
Se castiga la flexibilidad y funcionalidad de los procesos pues se penaliza económicamente las mejoras y la valoración técnica de las mismas no compensa los mayores costes de construcción.
Normalmente quien saca a concurso y construye la EDAR luego no la opera, y su gestión es reducir los costes de construcción sin tener en cuenta los sobrecostes que eso suponga en la operación. Como muestra baste decir que una mejora introducida en la fase de construcción cuesta veinte veces menos que en la fase de operación y suele aportar beneficios sesenta veces mayores.
Se valora más un plan de obra que diseñar adecuadamente los procesos mas importantes de una EDAR, como si lo importante es construirla en plazos (cosa que nunca se logra) por encima de no limitar la capacidad de la EDAR algo que, en la práctica, ocurre muy frecuentemente: Las EDAR admiten menos caudal en época de lluvias que en época seca produciéndose vertidos de aguas residuales sin depurar.
Se prima el proceso constructivo (como si construir una EDAR sea poner un cohete en la luna) por encima de la vida útil de la misma (lo importante es llegar a la luna aunque sea a costa de que todos los tripulantes acaben muertos).
Otro problema importante a la hora de diseñar un tratamiento biológico de una EDAR y es la fe ciega en las simulaciones, como os cuento en este artículo de iAgua.
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