La influencia china en África es más que evidente y las inversiones del país oriental en infraestructuras de transporte y construcción en el continente, cada vez mayor, como muestra el ferrocarril en Kenia que conecta Mombasa, el puerto más grande de África oriental, con la capital, Nairobi, construido por empresas chinas.
Pero aunque las inversiones y préstamos en relación a la materia son criticados por muchos como una nueva forma de colonialismo en la era de la globalización, es cierto que desde China también se ha reforzado la apuesta por propiciar la formación de los futuros ingenieros de África, que ha nacido al calor de su “Iniciativa Belt and Road”, y que solventarán las necesidades que en la materia tienen la mayoría de los países africanos.
En esta línea, la Universidad Chang'an de Xi'an, ubicada en el noroeste de China, ha formado en sus 60 años de existencia a más de cinco mil técnicos e ingenieros procedentes de más de 70 países, que en gran parte han realizado estudios relacionados con ingenierías de infraestructuras, pues su especialidad es enseñar a construir aeropuertos, puertos, ferrocarriles, trenes de alta velocidad, carreteras y puentes.
Su aportación a la economía global supone abrir sus puertas hoy a un millar de jóvenes de 84 países que estudian en esta institución mayoritariamente carreras de Ingeniería Civil, Maquinaria para la Ingeniería y Gestión de Proyectos.
En el continente africano hace falta mejorar las infraestructuras del transporte y sus países quieren hacerlo con talento local. En este sentido, hay quienes consideran que "África recibe de China la ayuda al desarrollo que dejó de darle Occidente" aunque casos como el de Sri Lanka, que transfirió a China el puerto de Hambantot debido a la incapacidad de pagar 8.000 millones de dólares de deuda que surgió durante la construcción de una serie de instalaciones, llevan a pensar que sólo sirve para incrementar desorbitados niveles de deuda y a ahogar las economías nacionales de África.
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