El futuro de la construcción pasa necesariamente por evolucionar hacia un concepto completo de sostenibilidad, que ha llevado al sector a trabajar con nuevos materiales, procurando la máxima eficiencia energética e insertándose en un entorno urbano cuyo medio ambiente es una prioridad.
Y para hacer edificaciones y construcciones más resilientes ante el cambio climático cuyos efectos ya experimentamos, las cubiertas y fachadas urbanas son una magnífica opción, pues sus ventajas económicas, sociales y ecológicas son indiscutibles.
Las fachadas y cubiertas ocupan una superficie importante en los edificios que, a su vez, suponen su aportación a los núcleos urbanos, de modo que su valor estético es indiscutible, pero en este caso, podríamos decir que es, prácticamente el menos importante.
Y es que además de coloridos variados, las fachadas verdes hacen más eficiente energéticamente un edificio, al funcionar como aislamiento térmico, y alargan su esperanza de vida, absorben ruidos y reducen la polución a su alrededor, al funcionar como sumideros de CO2, de modo que mejoran el entorno urbano en que se instala.
A su vez, las fachadas verdes proporcionan un hábitat para los insectos, que a su vez sirven como alimento para aves insectívoras y murciélagos, y su contribución a la biodiversidad también se debe a su configuración como un corredor de paso para la vida silvestre, entre el hábitat a nivel del suelo y el establecido en un techo verde.
Esta tendencia adquirió gran protagonismo en nuestro país cuando el edificio de CaixaForum en Madrid instaló el primer jardín vertical de España con más de 15.000 plantas cubriendo el muro de 460 m2.
Hoy su presencia está mucho más extendida y comienza a formar parte de las iniciativas públicas para mejorar políticas locales y regionales de infraestructuras y crecimiento sostenible. Es el caso de la Diputación de Badajoz que, de la mano del proyecto Life-My Building in Green, está apostando por la implantación de cubiertas y fachadas vegetales en edificios públicos como una de las soluciones basadas en la naturaleza (NBS) como prototipos de adaptación climática y mejora del bienestar en los mismos.
Otra iniciativa destacada se ha tomado en la ciudad de Valladolid, donde en el marco el proyecto europeo Urban GreenUp, el Consistorio ha llegado un acuerdo con el Corte Inglés para la instalación de un jardín vertical de una superficie superior a 350 m en este emblemático establecimiento ubicado en pleno casco histórico.
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