Apunte Público

1.2 Objetivos, externalidades y sostenibilidad del transporte

Objetivos del transporte
A través de la actividad de transporte de bienes o personas se consigue unir los centros productores con los centros de consumo. Esto supone un elemento básico en el desarrollo de cualquier sociedad.
Se complementa este objetivo con el de equilibrio territorial, para distribuir los bienes a distintos puntos del territorio, reduciendo las desigualdades. Pieza clave en el desarrollo estatal para la cohesión territorial. Esto también limita la distribución a nivel internacional, ya sea por infraestructuras o por reglamentaciones.
La mejora de las relaciones internacionales permite que regulaciones como la de la UE, cada vez haya más cabida en el sector.
El transporte es en si mismo una actividad económica directa, a lo que se refiere a los puestos de trabajo, i también indirecta a todas las necesidades que generan (repuestos, mantenimiento, fabricación etc.).
En su conjunto, se mejora la calidad de vida de los usuarios y de la sociedad afectada (reducción de tiempos de viaje, aumento de trabajo, ocio i conciliación).
Efectos negativos:
Costes ambientales: Ligados a los vehículos (contaminación atmosférica, ruido y ocupación de espacio)
Siniestralidad (causa no médica de muerte más elevada en España), genera impacto muy alto en costes, productividad e impacto social.
La creación de nuevas infraestructuras de transporte puede provocar reducción de actividad productiva en zonas intermedias, reduciendo la población de ciertas zonas y afectando a su desarrollo. Es importante por ello considerar la Equidad como factor clave para su planificación.
Otro problema es la congestión, que afecta al transporte de pasajeros y también de bienes. Por ello el transporte público es una herramienta indispensable.
Todos estos factores se analizan en una Cuenta ambiental, balance de la idoneidad de la creación de nuevas infraestructuras y servicios de transporte.
El recuento de los efectos positivos y negativos del transporte es objetivo fundamental conseguir la sostenibilidad, es decir, la armonización de las demandas de movilidad reduciendo los impactos negativos i maximizando el nivel de eficiencia del transporte.
En un escenario de demanda creciente hay la limitación de los recursos que se tienen, ya que no existe una capacidad de demanda hasta el infinito. Por ejemplo, si aumenta la demanda, no es sostenible crear autopistas de 25 carriles para satisfacerla.
En España, el transporte supone el 4,5% del PIB, 600.000 empleos directos + indirectos, pero por el contrario, representa el 30% de la energía consumida y el 10% del gasto familiar. Es por ello que se requiere el elevado nivel de eficiencia, dado su efecto en la sociedad.

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