% reparto modal: Cuota de uso de cada uno de los modos de transporte. Hay que incluir también los modos no motorizados (a pie, bicicleta). Como mayor es la distancia, menor es el uso de los modos no motorizados. Cuando se mezclan los usos en una zona (comercios, trabajo, viviendas) aumenta la movilidad no motorizada.
En condiciones normales, tendemos a pensar que la proporción es de 1/3 Coche, 1/3 Transporte Público y 1/3 Transporte No Motorizado, en una ciudad típica Europea.
El uso del vehículo privado en general se ve afectada por la calidad del transporte público y de las zonas peatonales/ bicicleta. también ciudades más dispersas influyen en un aumento del uso del coche. Las ciudades americanas, por ejemplo, usan básicamente vehículo privado, llegando casi al 70% de uso, debido a largas distancias y bajas densidades.
En la cara opuesta habría sobre todo ciudades asiáticas coreanas o japonesas, con un uso del coche muy restringido y una oferta de transporte público abusiva, con un uso de alrededor del 60%.
No existe un modelo mejor, en función del grado de dispersión, de los usos de cada zona, de las necesidades, de la oferta disponible, de las costumbres etc.
Las políticas actuales tienden a empujar el uso del peatón/bicicleta o el TP en detrimento del vehículo privado. No sirve, por eso, un intercambio poblacional entre peatones y TP, sino que deben absorber del vehículo privado para conseguir el objetivo de reducción de emisiones.
En condiciones normales, tendemos a pensar que la proporción es de 1/3 Coche, 1/3 Transporte Público y 1/3 Transporte No Motorizado, en una ciudad típica Europea.
El uso del vehículo privado en general se ve afectada por la calidad del transporte público y de las zonas peatonales/ bicicleta. también ciudades más dispersas influyen en un aumento del uso del coche. Las ciudades americanas, por ejemplo, usan básicamente vehículo privado, llegando casi al 70% de uso, debido a largas distancias y bajas densidades.
En la cara opuesta habría sobre todo ciudades asiáticas coreanas o japonesas, con un uso del coche muy restringido y una oferta de transporte público abusiva, con un uso de alrededor del 60%.
No existe un modelo mejor, en función del grado de dispersión, de los usos de cada zona, de las necesidades, de la oferta disponible, de las costumbres etc.
Las políticas actuales tienden a empujar el uso del peatón/bicicleta o el TP en detrimento del vehículo privado. No sirve, por eso, un intercambio poblacional entre peatones y TP, sino que deben absorber del vehículo privado para conseguir el objetivo de reducción de emisiones.
