El “Golden Gate” europeo, es decir, el “Puente 25 de Abril” de Lisboa – conocido por ese sobrenombre tanto por sus similitudes con el californiano como porque fue construido por la misma empresa- se somete a un proceso de remodelación que durará dos años y costará 12,6 millones de euros.
Será la filial portuguesa de Sacyr, Somague, en consorcio con SMM y STAP, la encargada de llevar a cabo la rehabilitación de esta infraestructura, símbolo inconfundible de la ciudad pero además, de sus vías más concurridas para acceder desde el sur, con 130.000 vehículos y 160 trenes atravesando su extensión a diario.
Con 2.277 metros de longitud, el Puente 25 de Abril ostentó el record de puente colgante más largo de Europa y fue el primer puente de Lisboa, abierto al tráfico en 1966 con el nombre de Puente Salazar. Fue al finalizar la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974, cuando adoptó su nombre actual.
Las mejoras en la infraestructura, que requerirán realizar cortes al tráfico, se centrarán en las estructuras metálicas del puente colgante y del tablero ferroviario norte, así como en los elementos de hormigón de la cimentación y del estribo sur del puente colgante y del estribo del viaducto del acceso Norte, siguiendo las pautas marcadas en el documento elaborado a comienzos del año pasado por los técnicos del Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil (INLC) que indicaba graves fallos estructurales del puente.
Después del fatídico accidente del puente de Génova, la intervención se hizo más urgente para restablecer del desgaste sufrido en sus más de cincuenta años esta infraestructura que, junto al Puente Vasco de Gama, comunican la capital portuguesa a través del río Tajo.
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