Tras el estudio de una patología, nos debemos formular una pregunta: ¿Es necesario reforzar la estructura existente?
Para poder contestarla, obtendremos datos de la estructura a través de ensayos; especificando su número, tipología e interpretación del resultado. También detallaremos los márgenes de seguridad y la fiabilidad de los datos y conjeturas.
Si tras este proceso la respuesta es afirmativa, se procede a proyectar el refuerzo, eligiendo la tipología más adecuada para cada caso. En este post, estudiaremos el refuerzo de forjados mediante recrecidos de hormigón.
Descripción y ejecución
El forjado sobre el que se interviene necesita mejorar su capacidad a flexión. Esta capacidad se verá aumentada ejecutando un recrecido de hormigón y un mallazo sobre la capa de compresión del propio forjado. El recrecido difícilmente tendrá un espesor menor a 5cm, pues su ejecución constructiva resultaría demasiado compleja, tendiendo a valores entorno a los 7 cm.
Características estructurales
Esta intervención supone un incremento de canto que, en las secciones de vano sometidas a momento positivo aumenta la capacidad a flexión, aunque el rendimiento del refuerzo se ve perjudicado por el crecimiento del peso.
Sin embargo, este refuerzo es muy eficaz en las secciones de apoyo sometidas a momentos negativos, porque en ellas podemos disponer de armadura negativa adicional, con lo cual tenemos un mayor área de acero frente a esos momentos. Sumado al mayor canto, esta ganancia de capacidad a flexión es notablemente superior al perjuicio del incremento de peso por la colocación del recrecido.
Esfuerzo rasante
Este refuerzo lleva a su vez aparejada una mejora de la capacidad a cortante de las secciones, aunque el rendimiento es inferior respecto al logrado en momentos negativos. Para el correcto funcionamiento de la intervención es clave que el hormigón del recrecido no se despegue del forjado, para lo cual realizaremos una comprobación de las tensiones rasantes en la interfaz de contacto entre ambas.
Si la comprobación es favorable se procede a realizar una limpieza exhaustiva y humectación. Por el contrario, si fuese desfavorable, se tratan las superficies métodos como abujardado o chorro de agua. Si aún así no fuese suficiente, se pueden realizar puentes de unión o inclusión de taladros de armadura de conexión, u optar por realizar el recrecido de hormigón sólo sobre las vigas.
Retracción diferencial
Es muy recomendable prestar atención al fenómeno de la retracción diferencial entre el recrecido y el forjado existente, pues podría causar importantes patologías. Algunas buenas prácticas a adoptar para evitarlas:
- Vigilar atentamente el curado del hormigón.
- Limitar las áreas a hormigonar de una sola vez.
- Disponer de armadura de conexión en el perímetro del área hormigonada.
*Ejemplos 1 y 2. Recrecido de hormigón simple y recrecido con armadura y conectores.
En la primera fotografía vemos la sencillez del recrecido, ejecutándose solo con el hormigonado de toda la superficie del forjado.
En la segunda fotografía, en cambio, se aprecia la armadura de conexión, y los conectores del perímetro para evitar el despegue por retracción.
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