Entiendo que las no linealidades se producen para valores elevados de carga y que, en la práctica totalidad de su vida, la estructura trabajará en régimen lineal. Por este motivo, utilizamos la hipótesis de Navier para encajar la sección de pretensado a nivel tensional. Sin embargo, el cálculo seccional sólo avala esta hipótesis cuando se dan, en general, las siguientes condiciones:
- Hormigón en masa
- Sección no fisurada
- Proporcionalidad entre tensiones y deformaciones (rama elástica)
- CDG=CRE (Sc=0)
- Ausencia de fenómenos reológicos.
Cierto que es una manera indirecta de controlar la fisuración en la rama elástica, pero, ¿no resulta excesivamente conservadora? Cumplir las premisas indicadas resulta difícil sino imposible.
De acuerdo con que, como simplificación y punto de partida puede resultar idóneo y porque, además, un cálculo más detallado resultaría inabordable. Pero en este sentido, hoy existen en el mercado potentes herramientas como FAGUS que ofrece unas posibilidades enormes y capaces de realizar un cálculo seccional por etapas permitiendo controlar la fisuración en todas las fases. Resulta sin duda una manera más eficiente de aprovechar la sección y se ajusta mucho más a la realidad.
Aun cuando no resultara lo más deseable, me he encontrado con casos de secciones fisuradas incluso desde la fase de vacío pero no por ello, menos válidas a los ojos de la Normativa (en estos casos, recuerdo que la fisuración se resolvía posteriormente con pasiva). En tanto en cuanto, la fisuración no exceda en ninguna de las fases de su vida de los valores límite para la abertura de fisura propuesta por la Norma se asegura el correcto comportamiento de la sección frente a la durabilidad. En el fondo, el control de tensiones es el cumplimiento del ELS Fisuración en todas las fases.