conexión refuerzo pilar-existente

Benjamín en mi opinión el refuerzo de pilares con solución metálica debería siempre conllevar la unión acero-hormigón mediante un puente de adherencia, mejor en base epoxi que cementosa, al objeto de hacer colaborar el pilar original. Es verdad que el cálculo del refuerzo parte de la hipótesis de recibir la totalidad de la carga, pero también es cierto que si ya tenemos un pilar de hormigón que está recibiendo carga y aguantandola ¿porqué tenemos que despreciarlo? El coste que supone incorporar el material de contacto (epoxi o mortero cementoso) entre el pilar y su refuerzo metálico es casi irrelevante frente a la ganancia en tensiones de trabajo y resistencia residual del elemento reforzado. En mi opinión siempre deberíamos ejecutar dichos refuerzos con adherentes, salvo en el ilusorio caso de que el soporte del hormigón del pilar esté tan deteriorado que no absorba siquiera  la rasante de transferencia.

Hola Benjamín, como bien indica Benjamín, si se "unen", mejor, porque algo zunchará, si bien conceptualmente, a alguien que vea el refuerzo y no sepa de qué va la historia, le puede crear confusión.
En este sentido, debes tener claro que son comportamientos diferentes: ese contacto sólo serviría para “zunchar” el pilar, pero la efectividad de dicho zunchado es en realidad muy pequeña (sólo actuaría sobre las esquinas, que probablemente terminarían por descantillarse), y no se puede contar con ella, por lo que el refuerzo se diseña para la totalidad de la carga.

En este tipo de refuerzos la trasferencia de cargas debe realizarse desde plantas superiores.
Saludos.