La responsabilidad engloba muchas facetas según cuál sea el ámbito al que lo apliques. En el trabajo, a mi juicio, conlleva un compromiso constante tanto en el alcance de los objetivos a desempeñar como en el plazo a ejecutarlos, salvo excepciones debido a ciertas urgencias. También va asociada a la formas de proceder y normas que apliquen en la empresa. Integrándote en esas bases de funcionamiento dentro de la empresa, te permite desarrollarte profesionalmente y mejorar. Si bien, todo ello no sería posible si la comunicación en las reuniones fuera sin educación, sin haber feedback entre las distintas partes intervinientes o sin asegurarse que dispones de los medios y conocimientos necesarios. El buen clima laboral es vital para que no haya tensiones o actitudes perniciosas.
La responsabilidad te permite organizar tu horario y tu forma de afrontar los retos a corto, medio y largo plazo, tanto laboral como personal, ya que de lo contrario reinaría el caos y la falta de control en tu vida.
En cuanto a lo comentado en los últimos videos vistos, efectivamente cuando voy a hablar directamente con un compañero, jefe o encargado de obra, he de pensar bien qué y cómo lo he de decir para no estropear en un minuto todo el vínculo creado. Para todo hay una forma de decir las cosas de forma constructiva, ya sea empleando firmeza pero sin humillar o argumentando de forma razonable que lo que se ha hecho no debe volver a repetirse y escuchando las posibles causas para tomar notas de los problemas encontrados. En inicio, tal vez lo diría de otra manera (más tóxica), pero respiras, piensas, le das una vuelta y lo transmites a la otra parte de una manera más reflexiva, que no te haga arrepentirte de lo dicho en caliente. En todo caso, más productiva para ambos.
En la familia la responsabilidad requiere comunicarte y comprometerte con las funciones y obligaciones que directa o indirectamente te corresponden o has asumido como tuyas y no desaparece ni siquiera en los tiempos de ocio ya que si, por ejemplo, tienes menores a tu cargo, tendrás que velar por su seguridad, instruyéndoles así mismo que la vida no puede construirse desde la dejadez, la desidia, desde sus debilidades o desde esos "prontos" descontrolados en los momentos que estamos enfadados.
No sé si me he excedido en mi exposición, pero tal vez podría ser algo así. Un cordial saludo.
